“LA VOZ INTERNA”
(UN ESTUDIO BREVE SOBRE LA CONCIENCIA DESDE EL PUNTO DE VISTA BIBLICO)
Hace algún tiempo por canal 7 televisora de Costa Rica aparecía regularmente un corto titulado: “Un mensaje a la conciencia, con el hermano Pablo” . La característica de este programa era su brevedad y en un gran porcentaje su exactitud en el mensaje. Sin lugar a dudas nuestra sociedad tiene una idea de lo que es conciencia y lo que hace. Sin embargo este concepto no le pertenece a la sociedad sino es algo que se origina con Dios mismo. Tanto en el antiguo como en el nuevo testamento encontramos algunas cuantas menciones. En 1Samuel 24:5 la Biblia dice: “Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl”. Aquí la palabra corazón es utilizada en ves de conciencia. David había reflexionado y entendido que sus acciones no debieron de tomar lugar de la manera que había acontecido. Intentar definir, que es la conciencia por sí solo es un reto ya que en reiteradas ocaciones las santas escrituras nos hablan de ella. Por ejemplo podemos afirmar que la conciencia es un testigo en vez de ser el Juez definitivo en nuestras vidas. Estimado amigo realmente se convierte en un problema pensar que quien tiene que dictar una sentencia sea nuestra conciencia, ya que eso dejaría a la palabra escrita de Dios de un lado. Observe usted lo que explica Pablo: “mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos” (Romanos 2:15 RV1960). En este párrafo la palabra conciencia es utilizada pero necesitamos tener cuidado como leemos. En el contexto de este pasaje, Pablo está dirigiéndose a los Judíos después de haber exhortado en el primer capítulo a los gentiles. El hermano David Lipscomb junto al hermano J.W. Shepherd en su comentario a los Romanos escribe lo siguiente:
Aquellos que aunque no están bajo la ley, la guardan, muestran muestra, que está escrita en sus corazones. Sus afecciones la han tomado y la hacen porque en sus corazones temen a Dios. Así que los gentiles podrían conocer la ley, mientras que no se les dio a ellos… podrían amarla, guardarla, y al hacerlo, llegar a ser una ley a sí mismos. Sus conciencias en tales casos darían testimonio de su amor y obediencia a la ley, pues la conciencia es un testigo de lo que pasa dentro del corazón. (Comentario del Nuevo Testamento, Romanos, Gospel Advocate pg.49).
La conciencia nunca debe de reemplazar la palabra de Dios, al contrario está para ayudarnos a aplicar las enseñanzas del cielo. Es curioso ¿no lo cree? es como un mecanismo que bien usado puede ser un amigo importante para el viaje al cielo. Como si el diseñador del ser humano lo puso ahí a propósito. Este “dispositivo” de la conciencia instalado por el mejor técnico del universo presenta un defecto. Pero este defecto fue también planeado. Una vez que el hombre peca no puede quitar ese pecado de su conciencia, simplemente no es posible. Por esa razón usted podrá observar a una mujer que quizás ha abortado a su bebé y con el transcurso del tiempo la culpa le persigue, quizás no con la misma intensidad pero no es posible para ella borrar eso del “disco duro”. Hebreos 9:9 nos clarifica más al respecto. Aquellas cosas bajo la antigua ley no podían hacer al adorador perfecto, por la sencilla razón que durante el sistema del antiguo pacto la conciencia nunca fue absuelta de todo pecado a pesar de los sacrificios. Había un “recordatorio” del pecado sobre el adorador cada año en el día de la expiación. Aquellos sacrificios simplemente no tenían la fuerza o la capacidad, el poder para hacer de la conciencia algo completamente puro (Heb.10:2). Los sacrificios de animales no podían por sí mismos hacer que el alma estuviera en absoluta paz. A esto se está refiriendo el autor de los Hebreos y el hermano Tom Wacaster lo puso de una forma sencilla una ocasión, cuando dijo: “La gran debilidad del antiguo pacto era su carnalidad”. Es correcto concluir que Solamente Cristo el Señor y su sangre pueden “limpiar la conciencia de obras muertas” (Hebreos 9:14) es lo más acertado y de eso precisamente trata todo el libro de Hebreos; la superioridad de Cristo. Bajo el antiguo pacto la sangre de los toros y los machos cabrios nunca pudieron quitar los pecados y así lo diseñó Dios para que pudiésemos nosotros apreciar correctamente el sacrificio de su hijo. ¡Gracias Dios por eso!. La pregunta siguiente es: ¿Cómo quita Cristo la inmundicia de la conciencia?
La conciencia y él Pecador: Para el hombre penitente que ha buscado la solución y respuesta a esta pregunta en muchos y diversos lugares la replica bíblica puede ser muy reconfortante. A travez de la obediencia al evangelio; siendo sumergido en agua para perdón de los pecados, allí y solo allí, en las aguas cristalinas del bautismo es cuando el Señor limpia la conciencia. El Apóstol Pedro fue bastante claro en la conclusión de su explicación, el dice: “Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia) mediante la resurrección de Jesucristo,” (1Pe. 3:21 LBLA). Otra versión de la Biblia lo pone aún mucho más en perspectiva para nosotros, la DHH lee de la siguiente forma la primera linea “Y aquella agua representaba el agua del bautismo, por medio del cual somos ahora salvados” El agua que Salvó a Noe y lo separó de aquel mundo de inmundicia, separa hoy al pecador penitente del mundo y es así como puede pedirle a Dios una buena conciencia, limpia, pura, santificada y fuerte. Sabemos que es difícil pero se puede lograr. Un hombre que hizo tanto daño en su vida pasada pudo ciertamente con la ayuda del Señor purificar su conciencia. Es por eso que utiliza en varias ocaciones esta palabra en Timoteo y Tito (1Tim 1:5,4:2, 1:19, 3:9; 2Tim 1:3 Tito 1:15). Es verdad que los contextos son diferentes pero es notable observar a los dos receptores, Timoteo y Tito. Ellos eran evangelistas, ministros del nuevo testamento, en lo que Pablo había trabajado también por varios años y que ahora estaba llegando al final de su carrera. Aquel perseguidor pasó a ser predicador y es evidente que aquellos 2 Jóvenes evangelistas debían de tener en cuenta los alcances de su trabajo, ellos eran colaborares del Señor en la “limpieza de conciencia a domicilio” tal como sucedió con el gran apóstol Pablo quien estaba escribiendo esas lineas (Hechos 22).
La conciencia y el Cristiano: ¿Cómo trabaja la conciencia en aquellos quienes ya han sido lavados en las aguas del bautismo para aspiración de una buena conciencia?. Es difícil determinarlo, sin embargo las palabras del apóstol Pablo hacen un eco en este aspecto, el escribe: “Por tanto, conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres, pero a Dios somos manifiestos, y espero que también seamos manifiestos en vuestras conciencias” (2 Cor.5:11 LBLA). Los hermanos de la ciudad de Corinto sin duda alguna son conocidos en la historia del N.T por los muchos problemas carnales y doctrinales resultados de la influencia de la depravada ciudad de Corinto. Con todo, Pablo escribe a ellos apelando al temor del Señor que le movía a él, al resto de los apóstoles que habían sido dispersados por todas partes, y todo el equipo evangelístico del siglo primero. Pablo explica que el blanco de ellos era agradar a Dios primeramente pero también llegar a las conciencias de ellos. Conciencia en griego es “Syneidesis” en todo el N.T aparece 32 veces. Thayes define esta palabra como: La co-percepción, el alma que distingue entre lo que es moralmente correcto e incorrecto. El mensaje de Pablo y de estos hermanos estaba siendo dirigido a esto precisamente y no a las emociones era como un misil teledirigido con un blanco muy bien definido. Es bastante conveniente por el contexto inmoral en la que estaba situada la ciudad de Corinto que esto fuera el caso. Otros pasajes en el uso de esta palabra ratifican este hecho (1Co 8:7, 8:10, 8:12,10:25, 10:27, 28,29). Es interesante notar que en la primera carta a ellos se usa unas 7 veces pero en la segunda carta 1 o 2 veces solamente. Quienes han estudiado la Biblia regularmente recordarán que la primera carta a Corintos se confrontan pecados fuertes, inmorales como por ejemplo en el capitulo 5 donde aquel hombre convivía sexualmente con su madrastra. Al llegar a la segunda de Corintos este problema había sido corregido y el objetivo santo había sido logrado. Los hermanos ahora debían de recibir a este hermano de nuevo en la comunión. La conciencia en el cristiano puede ser violada y sin embargo en apariencia la persona puede seguir obrando piadosamente. En 1Tim 4:2 Pablo llamó a esto “cauterizar la conciencia” esto es algo como “amarrarla de pies y manos y apresarla para obrar conforme al deseo carnal que es más fuerte que la razón misma. Pero cuando los cristianos pecan pueden pedir perdón a Dios confesando el pecado (1Jn.1:9) poniendo así en libertad a la conciencia sin olvidar la exhortación que se nos hace la cual es la misma a la de la mujer adultera de Juan 8… “Vete y no peques más”.
Conclusión
No es conveniente violar la conciencia pero tampoco es sabio confiar en ella. Esta parte integrada en nuestro ser espiritual puede ser muy útil pero no es infalible. La Biblia y solo la Biblia debe de dictarnos las reglas en cuanto a la moralidad, respecto a lo que es correcto y lo que no lo es. La conciencia ha sido puesta como un auxiliar para no pecar pero no determina cómo el hombre debe de obrar para con su Creador. Fue, el mismo Pablo quien escribió: “Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Hermanos, hasta este día yo he vivido delante de Dios con una conciencia perfectamente limpia.” (Hechos 23:1 LBLA). El hermano Leo. H boles comentó que este pasaje está conectado a 1Tim 1:15 y cómo Pablo había incluso matado cristianos y su conciencia no le acusaba porque pensaba que prestaba un servicio a Dios (Jn.16:2). Su celo por el judaísmo era tan grande que su conciencia estaba “formatiada” de esa manera sin embargo amigo lector, Dios es la única fuente confiable para determinar qué es lo correcto y lo incorrecto. Su Palabra es nuestro único estándar en el cual seremos juzgados (Jn.12:48) ¡ En el día del Juicio final, Ojalá su conciencia no sea una excusa!.