PREMILENIALISMO (1) LA DOCTRINA DE LA PROMESA


PREMILENIALISMO (1) LA DOCTRINA DE LA PROMESA

El premilenialismo sostiene que ha Israel se le han hecho una serie de promesas nacionales concerniente principalmente con la tierra y el retorno de este pueblo conforme a las palabras de Dios, en pasajes específicos del Antiguo Testamento. Para los premilenialistas el templo deberá ser reconstruido, la ciudad de Jerusalén volverá a brillar en su máximo esplendor y los gentiles contemplaremos con asombro el amor que Dios le ha guardado a Israel por todas las edades. Todo esto acontecerá en la venida de Cristo en la carne y antes de que comience a gobernar por mil años en la tierra con los santos. De acuerdo con esta teoría todas las 12 tribus de Israel serán reagrupadas nuevamente en el territorio de Palestina desalojando así a quienes habiten en ese momento ese lugar. Para los premilenialistas esto es el cumplimiento, según ellos, de la promesa de Dios a su amado pueblo. Tanto será la restitución de Israel que incluso las riquezas de las naciones gentiles serán dadas a los judíos para ganar nuevamente el poderío del cual fueron despojados (basados en pasajes como Isaías 60:5). Hay una serie de pasajes que sostiene la promesa del retorno sin lugar a duda, pero cada uno de ellos posee un contexto, que cuando uno considera el trasfondo histórico Antiguo Testamentario puede comprender que cada una de estas promesas hechas a la nación de Israel fueron cumplidas hace muchos años atrás en un sentido físico como también en un sentido espiritual.

tierra promesa

¿Está incumplida la promesa de la tierra?

LA PROMESA DE LA TIERRA: Cuando cualquier religioso hace referencia a la promesa de la tierra es muy probable que tal alusión esté estrictamente ligada a la promesa hecha a Abraham. En Génesis 12:1-7 el Señor le promete que le daría esta tierra (Canaán) a su descendencia. Una vez que Lot se separó de Abraham el Señor aparece nuevamente con palabras muy similares a la vez anterior donde específicamente vuelve a referirse a la tierra de Canaán (Gen. 13:14-17). Vale la pena mencionar que los premilenialistas contienden con vehemencia de que Abraham nunca recibió la promesa en persona por lo que deberá ser recitado en el “reinado milenial” para poder disfrutar el cumplimiento de esta promesa. Esteban en su inspirado mensaje en Hechos 7 menciona lo siguiente: Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto,” (Hechos 7:17). En donde por inferencia nos parece observar que Dios estando en control de los tiempos no tenía intenciones de cumplir su promesa en tanto Abraham estuviera con vida pero si cumpliría la promesa en su debido tiempo, y no dejaría caer en tierra la promesa que le había hecho al patriarca.

En Gen. 15:4, 7, 13, 14,18; observamos que en respuesta a la inquietud del padre de la fe, Jehová expresa 2 promesas con respecto a la tierra. Una tenía que ver directamente con la tierra de Canaán y la otra tenía que ver con el territorio que abarca desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates. ¿Acaso se cumplieron las 2 promesas? Y sino ¿Cuáles faltan en cumplirse?.

La primera de la tierra de Canaán fue cumplida en tiempos de Josué.  “Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió” (Josué 21:44-45) También leer (Josué 23:14).

La segunda promesa en extensión fue cumplida en su totalidad en tiempos de Salomón. Cuando David reinó sobre las naciones él luchó y conquistó todas las naciones enemigas. Así que cuando su hijo Salomón asciende al trono reinó en toda su gloria. 2 Crón 9:26 enfatiza que Salomón estuvo desde el río y hasta los bordes del río de Egipto. La conclusión lógica es que de las promesas de la tierra, Dios cumplió todas sus palabras, por lo que la idea de que la promesa de Dios con respecto a la tierra, que fue hecha a Abraham y a su simiente tiene un cumplimiento futurista es vacía y sin apoyo de la Biblia. ¡El premilenialismo miente!

LA PROMESA NACIONAL: Como pasaje favorito para engrandecer la idea la promesa nacional de Israel con respecto al retorno los premilenialistas utilizan Dt.30:1-3. Si Israel se volvía idolatra Dios los esparció, pero si se arrepentía el Señor los regresaría a su tierra donde quiera que ellos estuvieran. Así pues, el Señor regresará en el futuro específicamente el milenio al pueblo de Israel a su lugar… ¡No lo creo!

 

1.     Se debería de prestar atención con detenimiento que a través de la Biblia entera se hace promesa de un regreso, pero no de Israel como nación ni mucho menos sino solamente del remanente.

2.     Isa.1:9, al igual que Jer. 23:2 enfatizan el hecho de que este remanente sería muy pequeño.

3.     Fue una promesa de retorno que fue cumplida bajo la libertad de escogencia por parte del remanente que decidió volver en tres tractos o tres retornos. Todo el libro de Esdras y Nehemías nos actualizan en cómo fue ese retorno, los retos de este y como las profecías incluida la de Dt.30 fueron cumplidas. 

 

Conclusión:

La doctrina del premilenialismo es muy peligrosa y destructiva. Desafortunadamente un gran número de Eruditos han estado por un buen tiempo defendiendo esta corriente de pensamiento.  Si el premilenialismo fuera verdadero entonces Dios tendría que resucitar a Abraham porque simplemente no pudo cumplirle. Además, haría a los pasajes del Antiguo Testamento mentirosos, la Iglesia del Nuevo Testamento pasaría a un segundo y hasta un tercer plano puesto que Dios estará enfocado en la restauración de su nación como tal. La Biblia enseña en Gál.4:4 que cuando llegó el cumplimento de los tiempos Dios envió a su hijo al mundo. Las edades han pasado y lo que Dios ha establecido en cada una de ellas se ha cumplido pues él ha reinado soberanamente a través de todos los tiempos. La Iglesia de Cristo es y será la obra perfecta que Dios obró en Cristo Jesús (Ef.1:22-23).

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