PARABOLA DE LAS DIEZ VIRGENES


PARABOLA DE LAS DIEZ VIRGENES (Mateo 25:1-13)

INTRODUCCION.

La parábola es discursado en un contexto de Mateo 24, en la destrucción de Jerusalén y del templo en el año 70 d.C. Desde el versículo 36 de Mateo 24, Jesús hace una transición para comenzar a hablar del juicio final de la humanidad y continúa con el tema al llegar al 25, tanto que su venida se compara a:

  1. La venida de un señor que examina al siervo que ha colocado a cargo de su casa y a otros siervos (Mateo 24:45- 51).
  2. A un novio que viene para casarse con su novia (Mateo 25:1-13).
  3. A un amo que viene y evalúa a sus siervos, después de confiarles ciertos bienes para su administración (Mateo 25:14-30).
  4. A un juez y a un pastor, que viene en gloria con sus santos ángeles, para sentarse sobre el trono del juicio, reuniendo a todas las naciones y separando a las ovejas de los cabritos (Mateo 25:31-46).

En medio de estas imágenes, aprendemos que la segunda venida es como la llegada de un novio a la casa de la novia, ¡con gozo y celebración! Por lo tanto, el concepto de la segunda venida no debería ser solo un evento triste, lúgubre o sombrío, sino también vibrante y gozoso debido a la esperanza que nos aguarda. Con esto en mente, volvamos nuestra atención a la exposición de la parábola.

virgenes

La vírgenes mencionadas en el texto eran probablemente algunas de los amigas de la novia…”

LA BODA

Jesús tiene en mente su reino y desea que los oyentes entiendan la naturaleza del mismo. En su libro, Manners & Customs of the Bible, pg.376 James Freeman escribe: “En la ocasión de un matrimonio, el novio, acompañado por sus amigos, iban a la casa de la novia y la traía con sus amigas en una procesión jubilosa a su propia casa. La vírgenes mencionadas en el texto eran probablemente algunas de los amigas de la novia…Por lo tanto, la costumbre común de Palestina era que las amigas de la novia permanecían con ella y la acompañaban hasta la llegada del novio, momento en el que encendían sus lámparas, salían al encuentro del novio y seguían la procesión hasta llegar a la casa del él. Así eran las bodas (Leer Apocalipsis 19:7)

LA ESPERA

En el 25:5 La palabra griega para “dormido” significa “movimiento de cabeza, tener sueño, dormitar.”Por lo tanto, al estar esperando la llegada del novio, a todas las vírgenes les dio sueño, cabecearon y luego se durmieron.  Es curioso, que el pasaje no culpa a las vírgenes por dormirse. Todas las vírgenes habían hecho todo lo que se consideraba necesario para la llegada del novio. Su sueño de ninguna manera interfirió con su disposición para recibir al novio. Sabemos que esto es verdad porque la mitad de las vírgenes que se durmieron estuvieron listas para su llegada. De hecho, incluso si todas hubieran estado bien despiertas cuando llegó el novio, esto no hubiera acrecentado su preparación para encontrarlo.

EL DESPERTAR 

Las diez vírgenes fueron despertadas por un grito de medianoche anunciando la llegada del novio (25:6-7). Aunque el momento exacto de la llegada del novio fue una sorpresa para todas las vírgenes—sabían que vendría pero no sabían el momento exacto—algunas vírgenes habían sido lo suficientemente sensatas para estar listas para su llegada.

LA RETENCION 

Las vírgenes prudentes, sabiamente guardaron su suministro de aceite, no porque fueran egoístas, sino porque “porque cada uno llevará su propia carga” (Gálatas 6:5). Mientras que hay algunas cargas en las que podemos ayudar a otros a soportar (Gálatas 6:2), algunas de las responsabilidades no son transferibles (Ro.14:12). En día del Juicio final (2Co.5:10). Por otra parte Mateo 25:9.Hubiera sido difícil encontrar distribuidores en ese momento de la noche, de todas formas (aunque algunas tiendas de cocina podrían estar abiertas, si estuvieran cerca de alguna ciudad grande); las vírgenes insensatas definitivamente llegarían tarde. William Barclay comenta acertadamente :“Por otra parte, en la cultura judía en ese tiempo, a nadie se permitía andar por la calles en la noche sin una lámpara encendida”. (The Gospel of Matthew Vol. 2., p320).

LA BIENVENIDA 

En el mismo capitulo Jesús enseña la parábola de los talentos. Cuando comparamos ambas parábolas tenemos dos extremos con los que todos en el Reino, tenemos que tener mucho cuidado. Aquellas vírgenes tomaron muy fácil el servirle al Señor, el siervo lo consideró muy difícil.  En el mismo contraste observamos (HLM) que debido a que trabajaron para el amo, él les dio la bienvenida. Sin embargo, el hombre que no hizo nada con su talento fue excluido, el amo ordenó que el siervo inútil, fuera arrojado a las tinieblas de afuera, un lugar de lloro y de crujir de dientes (Mateo 25:30).  Mismo principio de exclusión con las virgenes insensatas.

 LA QUEJA 

Para las vírgenes insensatas, que se quedaron afuera, hay una frase triste y definitiva “y se cerró la puerta” (Mateo 25:10). De hecho, el tiempo en griego que se usa en este pasaje transmite la idea de que la puerta “se cierra y permanece cerrada.”  Mateo 25:11 Leer. Las vírgenes insensatas se perdieron la procesión hacia la casa del novio. También  perdieron el elemento importante de la boda judía, en la que la novia era traída al hogar del novio bajo el palio nupcial. Después de no considerar la importancia del anfitrión, no fueron admitidas a la fiesta, la cual se prolongó durante siete días después de la ceremonia.En todos los banquetes formales los invitados presentaban su tarjetas o libreta a un siervo parado en la entrada de la puerta para mantener afuera a los espectadores no invitados. Cuando se juntaban, el ‘señor de la casa’ cerraba la puerta y después se le daba la indicación a ese siervo de no permitir aceptar a nadie más, no importando que la insistencia fuera grande

 EL VELAR 

El propósito de toda la parábola se resume en la declaración de Jesús en Mateo 25:13, “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” De hecho el comparó su venida con los días de Noé (Mt 24:37). La gente estaba ocupada con su vida cotidiana.

CONCLUSION.
El cristiano solo tiene que hacer lo que temo que muchos de nosotros estamos en peligro de hacer—esto es, “nada”—a fin de asegurar que su lámpara no se apague. Por lo tanto, haríamos bien en seguir el consejo de nuestro Señor, que dijo, “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese” (Lucas 12:35-36).

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