MATRIMONIOS IGUALITARIOS
En primera instancia es obvio que el tema tiene que ver con la ideología de género y el homosexualismo en sí. En los últimos días se ha incrementado el debate en varios países de latinoamérica luego de que el 26 de Junio de 2015 la corte suprema de los estados unidos declarará legal el matrimonio de personas del mismo sexo a travez de todo el país, enviando así un mensaje muy claro al mundo entero. En un noticiero local en Costa Rica escuché un término que inmediatamente llamó mi atención: “matrimonios igualitarios”. De ninguna manera nuestra intención sea ofender o degradar a alguien ya que todos somos creados por el mismo Ser supremo, más bien este breve espacio es para que juntos podamos razonar y podamos ser objetivos en el tema. Yo no apoyo el matrimonio entre personas del sexo opuesto solamente porque es una tradición, ni tampoco apoyo los matrimonios entre personas del mismo sexo solamente porque es algo popular y moderno. ¿Cuál debería ser el estándar entonces? Aquí está la clave de todo, ¿desde que estándar, o en que base podemos determinar que es moralmente correcto y que no lo es? ciertamente no en las tradiciones, ni lo moderno pero en la Biblia, la palabra de Dios, aún cuando la palabra “Biblia” sea ofensiva para muchos, es ha sido y seguirá siendo el estándar supremo para determinar lo que es correcto y lo que no lo es aún cuando usted no crea en la Biblia.
La palabra “matrimonio” puede ser encontrada a través de las páginas de la Biblia. Mientras lo leemos, podemos encontrar que la palabra “matrimonio” está escrito 19 veces en 18 textos. La palabra “casar” aparece 19 veces en 18 textos, y “casado” está escrito 30 veces en 28 textos así desde el inicio de los tiempos “matrimonio” es una palabra que tuvo su origen en la Biblia y quién dio ese origen sin duda alguna fue Dios mismo. Ninguna persona puede tomar este concepto para adaptarlo a gustos y preferencias individuales. En una ocasión escuchaba al hermano B.J Clarke afirmar que nosotros no fundamos el universo y que si queremos cambiar alguna regla de las que Dios ha establecido entonces lo más correcto es salir del universo e ir a construir nuestro propio universo para imponer nuestras propias leyes. Pero si yo no puedo hacer eso en mis capacidades (menciona el hermano) entonces me doblego humillado ante aquel que si puede y me someto voluntariamente a sus leyes.
El terrible problema aquí es el irrespeto deliberado frente a Dios. Bajo otro contexto el apóstol Pablo escribe a los hermanos en Galácia que “…Dios no puede ser burlado” (Ga.6:7), el hecho real de la frase es que nadie pude dejar plantado a Dios y salir bien librado, nadie pude abofetear a Dios y pensar que nada va a sucederle, matemáticamente no es posible.
Por otra parte el concepto de Matrimonio igualitario está destrozando el objetivo de la creación misma y la intención de Dios para la subsistencia de la raza humana. ¿Puede imaginarse usted que hubiera pasado si Noé hubiera apoyado las marchas sobre los matrimonios igualitarios? ¿Piense por un momento que hubiese sucedido si sus tres hijos (Sem, Cam, Jafet) hubiesen sostenido pancartas de colores por las calles centrales de la ciudad abogando por matrimonios del mismo sexo? La raza humana hubiese muerto. En Gen 1:28 la intención de Dios para el hombre era para que poblara la tierra cuando no había ni siquiera creado a Eva para ese momento, por lo tanto el hecho de que dos personas del mismo sexo convivan juntos y que no puedan reproducirse contradice abiertamente la intención clara de Dios. La lógica se opone a estas uniones, la genética se opone, la moral renuncia ante estos casamientos, la Biblia le da la espalda y por sobre todo Dios aborrece estas relaciones. El hermano Dave Miller; talentoso predicador del evangelio en cuanto al tema menciona lo siguiente, note:
De igual manera, los apetitos y/o preferencias sexuales no tienen nada que ver con la composición genética. En cambio, son el resultado del ambiente, la experiencia, la cultura y otros factores que pueden moldear y afectar a las personas en sus decisiones. Las inclinaciones y tendencias sexuales que el homosexual dice que son “sentimientos” inherentes no son diferentes a los sentimientos e inclinaciones que un pedófilo posee en cuanto a su atracción sexual por los niños. Ni tampoco son diferentes a los sentimientos que un asesino experimenta por sus tendencias violentas. Estos “sentimientos” que experimentan son obviamente reales; pero es un error asignar a estos sentimientos una causa genética. No es aceptable, bíblicamente y moralmente, que un individuo actúe basado en tales sentimientos. Aquí está la diferencia entre la raza y la homosexualidad. Un afro-americano no puede alterar su color, pero sí puede alterar su comportamiento. Y los homosexuales también pueden hacerlo. (Dave Miller Ph.D, la homosexualidad y el racismo; apologetics press).
Tal como lo afirma nuestro hermano el antiguo profeta dijo hace mucho tiempo que el corazón es engañoso (Jr.17:9), pero en este caso ni siquiera es el corazón sino más bien los apetitos de la carne y de la lujuria. Tanto usted como yo hemos notado que las relaciones entre personas del mismo sexo son muy inestables, ellos conviven juntos por un tiempo pero en un muy corto periodo de tiempo son infieles el uno del otro porque se aburren y hasta llegan a acuerdos para estar con terceras personas y continuar en la misma relación ¿Porque sucede este factor? La respuesta es simple, no han sido diseñados para convivir como pareja y por lo tanto nunca serán estables. Creo que del pasado podemos aprender importantes lecciones ha no ir en contra de Dios, pero con o sin nuestro apruebo lo que hemos estado viendo en nuestros días aumentará. Ni siquiera Dios obliga al hombre ha hacer un cambio, aunque si lo anima a realizarlo, nuestra parte también es solamente animar a obedecer a Dios, pero los cristianos tenemos bella esperanza, nosotros esperamos habitar en un lugar mucho mejor por la eternidad así que personalmente estoy convencido que la paciencia de Dios llegará a su limite tal como llegó a su limite en los días de Noé (Ge. 6). Espero que usted y yo apreciado lector, estemos en el mismo lado del barco cuando eso suceda.