LA RELIGIÓN DEL ATEÍSMO
Recuerdo mis años de colegio (secundaría) haber estado en contacto con algunos compañeros de salón quienes abiertamente se suscribían al ateísmo sin comprender a fondo ni ellos ni yo de todas las implicaciones que esto conlleva. Un día con curiosidad pregunte: — Dilan, sino crees en Dios ¿entonces en que crees?, muy confiado en sí mismo me respondió; yo creo en la ciencia y recalcó ¡Ciencia Heiner Ciencia!
Emilio Novis el en marzo del 2024 en su Blog menciona un dato ya muy conocido y es que el 95% de las personas galardonadas como premios noveles abiertamente dicen creer en Dios y Emilio plantea una justa interrogante ¿Qué saben ellos que el resto ignora?
La prestigiosa universidad de Navarra publicó un artículo en el maravilloso año de 1993 donde establece:
Si las teorías físicas sobre el origen del universo llevan a pensar en un principio ordenador primordial, algo semejante ocurre, según Guitton, cuando estudiamos el origen de la vida. La fantástica aventura que habría dado lugar a los vivientes primitivos a partir de sus componentes químicos, no se explica recurriendo al puro azar, ya que supone que se han dado unas combinaciones sumamente improbables de los componentes. Si se supone que la naturaleza ha dispuesto de todo el tiempo necesario para probar todo tipo de combinaciones químicas hasta que, por azar, se acertó con la correcta, deberá admitirse, por ejemplo, que en esos ensayos se habrían formado una cantidad de compuestos químicos mayor que el nùmero de átomos que existe en el entero universo.[1]
En efecto Guitton en esta entrevista de donde he citado el extracto anterior explora los datos científicos que indican la insuficienca del puro azar como explicación del orden natural de todas las cosas. La complejidad irreducible no puede ser minimizada con una declaración tan simplista por no decir anti-científica como tirar todo al gran vacío de “millones de millones de años”.
El profesor quien además de ser científico y teólogo en Cambridge Alister McGrath en su libro “la ciencia desde la fe” pg. 85 lo resume de manera magistral cuando dice:
En resumen, si los valores de ciertas constantes fundamentales del universo hubieran sido ligeramente distintos, la vida no habría sido posible. Sin carbono, oxígeno y nitrógeno, no existiría vida en el universo: ni manzanas ni seres humanos.
Vivimos en un universo que tiene manzanas y que tiene seres humanos que pueden utilizarlas para cocinar pasteles. La cosmología moderna nos ayuda a adquirir conciencia de que algo tan aparentemente común como es la existencia de manzanas y de personas es, en realidad, un prodigio asombroso. El simple gesto de cocinar un pastel de manzana es mucho más maravilloso de lo que muchos imaginan.
En otras palabras se puede hacer ciencia a causa de la complejidad con la funciona diariamente el universo. El ateísmo entonces pasa a ser un sistema de fe sin lugar a dudas que tiene como base suposiciones no puestas a pruebas e incluso anticientificas y contrarias a la razón.
El muy respetado autor de las crónicas de narnía, C.S Lewis lo puso con palabras sencillas en su libro milagros cuando dijo:
Los hombres se volvieron científicos porque esperaban que la naturaleza tuviera leyes, y esperaban que la naturaleza tuviera leyes porque creían en un legislador. En la mayoría de los científicos modernos esta creencia ha desaparecido: será interesante ver cuánto tiempo sobrevive su confianza en la uniformidad. Ya han aparecido dos avances importantes: la hipótesis de una subnaturaleza sin leyes y la renuncia a la afirmación de que la ciencia es verdadera. Es posible que estemos viviendo más cerca de lo que suponemos del fin de la era científica.
Una y otra vez los ciencitíficos, premios novels, profesores, catedráticos y gente humilde reconocen la existencia de un ser inteligente, perfecto y que trasciende a todo el cosmos. Por último, al cerrar este breve apartado mi corazón recuerda con gran peso a mi amigo Dilan, quien después de nuestra conversación al año siguiente terminó ahorcándose a sí mismo para probarle a sus papás que él tenía el suficiente coraje para hacerlo. La religión del ateísmo es una tragedía porque elimina la esperanza, ya que si todo lo que importa es esta vida vanal, la vida misma no tiene sentido. El Señor Jesús sobre la tierra hace muchos años dijo: “ El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:38). Si tuviera que escogerme escojo la vida, ¿y usted?.
Referencias
3. https://www.mercaba.org/ARTICULOS/L/C.%20S.%20Lewis%20-Los%20milagros.pdf