EL PROFETA QUE RETÓ A DIOS – JONAS
La Biografía del Profeta Jonás Podemos encontrar el libro entero es decir cuatro capítulos enteros en los cuales se describen la vida y obra de este personaje Bíblico. Jonás vivió cerca del año 700-780 y el era hijo de Amitaí. En el libro de 2Reyes 14:25 encontramos la misma referencia de Jonás 1:1 en referencia a el origen del profeta, también su ciudad de Gathefer, la cual obviamente es Galilea. Cuando los fariseos hacían acusaciones de Jesús la afirmación que hicieron en Juan 7:52 “escudriña y ve que en Galilea nunca se ha levantado profeta”, fue nada más y nada menos que una vil mentira, porque Jonás era de Galilea y fue profeta. En la época de Jonás, Asiria era el imperio más poderoso del este. La capital del Imperio Asirio había sido la antigua Nínive, cuyo constructor había sido Nimrod, quien también construyó Rehobot, Resen y Cala (Cala es la única ciudad que en las Escrituras se la llama “ciudad grande”). Es probable que la expresión “aquella gran ciudad” de Jonás 1:2 tenga la misma connotación.
Jonás era un profeta de Dios , sin embargo, mucho más.
Jonás había recibido de parte de Dios la comisión de anunciar su un mensaje a aquella gran ciudad, ciudad pagana corrompida y destinada a la condenación eterna, pero Jonás en lo más intimo de su ser no estaba de acuerdo con los planes de Dios de salvar a la nación pecadora. Por esa razón optó por huir a Tarsis, nunca antes un profeta de Dios había tratado de huir al mensaje de Dios. El huye a Tarsis en una nave, la intención del profeta era evidentemente huir de Dios mismo, los marineros le echaron al mar y finalmente Dios prepara un gran pez para tragar a Jonás. Las horas que se mantuvo en el vientre del pez pudieron haber sido las horas más amargas y tristes que un ser humano pudiera atravesar, la desesperación que debió haber sentido no podría describirse con palabras. Luego Jonás ora a Dios y él lo saca del fondo del gran pez, el profeta podría ser descrito como una persona impaciente lo cual lo llevó al punto de retar a Dios con sus acciones. Después de que le aconteció todo esto, Jonás finalmente estuvo preparado para cumplir con la orden de Dios de predicarle a Nínive: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida” (3:4). Pero después de que el pueblo de Nínive obedeciera al escuchar las palabras que Jonás traía de parte de Dios, y después de que Dios cancelara el castigo que tenía preparado para aquella nación, vemos otra vez a Jonás comportándose de una manera arrogante, negativa y pésima ante Dios.Era todo un orgulloso judío, muy disgustado porque Dios había decidido obrar a favor de Nínive. Jonás todavía necesitaba aprender que él mismo debía estar feliz por las innumerables ocasiones y pruebas de bondad que Dios había tenido para con él satisfaciendo todas sus necesidades, y debía aprender también que ni siquiera había sido capaz de comprender el deseo que Dios tenía de mostrar su misericordia a favor de las almas de aquel pueblo hundido en el pecado y la condenación. Los cuatro capítulos de este libro muestran en cada uno de ellos un aspecto diferente de la vida del profeta que retó a Dios. En cuanto a su vida personal, no tenemos ningún record si él fue cazado o tuvo hijos, su vida al parecer estaba girando de continuo en Dios, el libro mismo termina de una manera diferente, termina como una historia inconclusa, no hay tampoco record de su muerte o el lugar de su sepultura; pero podemos saber que no fue una historieta nada más, cuando el Señor Jesús hace mención a Jonás en Mateo 16:4 indica claramente que había algo que aprender de él. El profeta que retó a Dios pero de una u otra manera Dios a lo largo del libro se comporto de una manera muy misericordiosa con él, las oportunidades dadas a Jonás y los diálogos con Dios indican que probablemente había algo bueno en el que Dios miraba con amor y por tal motivo lo fue construyendo como el alfarero construye en el barro, la vida y obra de Jonás el profeta que retó a Dios no está lejos de la nuestra.