¿Existe realmente Dios?


¿Existe realmente Dios?

Muchas personas plantean esta pregunta sin dudar mucho, pero para los cristianos es casi pecado siquiera pensar en hacer la pregunta.  Mientras que la gente se enoja cuando les haces una pregunta directa e intentan “matarte” con la mirada se hacen la misma pregunta dos veces, no creo que ese sea el caso con el Dios de la Biblia. Hay que ser claros que no hacemos referencia a la duda incrédula, predeterminada al rechazo, sino quizás a la duda honesta mostrada aún en uno de los apóstoles de Cristo: Tomás.  La intención en este breve artículo no es dudar de la existencia de Dios, sino tomar aquella pregunta sincera planteada en corazones de personas sinceras e incluso admitirlo en cristianos sinceros.

Dios Existe

¿Existe realmente Dios?

Supongo que la pregunta también podría haber sido hecha: ¿Existe Dios?, o quizás de forma afirmativa para los teístas: ¡Dios existe!. Pero la idea principal a discutir es la realidad de la existencia de Dios (¿Existe Dios realmente?) muy independientemente de la opinión de todos los grupos existentes alrededor de la interrogante (sean; ateos, naturalistas, teístas, o agnósticos), ¿Existe evidencia real, palpable y confiable sobre la existencia de un ser supremo, más allá de un sistema de argumentación y grupos imponiendo sus propias ideologías?. La respuesta se sostendrá por hechos. La acusación externa es traída a colación, de ser muy sensibles y emocionales es hecha en nuestra contra y la acusación interna de ser muy intelectuales y querer responder a todo con lógica y razón hace eco en las Iglesias de Cristo a que de la manera más modesta posible asumo la acusación en ambos casos. Somos seres tripartitas con emociones e intelecto y deberíamos de aceptar ambos hechos como membranas principales de nuestra existencia aquí en la tierra y nuestra esperanza futura. Consideremos con emoción y con la razón algunos hechos que demuestra que Dios realmente existe:

  1. Cada célula del cuerpo humano (con la excepción de los glóbulos rojos) contiene una secuencia de ADN de 3.200 millones de letras de longitud, es decir, 2 metros de ADN. Y es que un trozo de ADN de 1 mm de longitud contiene una secuencia de pares de bases de más de 3 millones de letras.
  2. Quedé boquiabierto al saber que la vida humana pende por completo en cuatro letras. Es como la receta de un guiso o el código de un programa informático. El ADN está formado por largas secuencias de moléculas llamadas bases nitrogenadas que aparecen en 4 “sabores”: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T). Al descubrirse, se creyó imposible que solo 4 letras pudieran contener las instrucciones de la inmensa complejidad de un organismo completo: sería como escribir la Enciclopedia Británica con sólo 4 letras. ¿Increíble verdad?.
  3. Si desenrollamos todo el ADN de las células de un cuerpo humano, cubriremos la distancia de la Tierra a la Luna 7.000 veces. Veamos los cálculos: el total de células del cuerpo humano (2 billones = 2 x 1012 células) y la longitud equivale al recorrido de 7.000 viajes de ida y vuelta a la Luna (distancia Tierra – Luna = 300.000 Km).  (Información tomada de:xatakaciencia.com)
  4. Quizá ninguno de nosotros seamos científicos, la información que provee la ciencia es realmente impresionante para dar por sentado la existencia de un ser supremo, racional, inteligente y sobretodo complejo más allá de nuestro entendimiento finito.
  5. La  idea de la “no existencia de Dios” envuelve en sí misma una contradicción lógica. ¿Como es que algo puede provenir de la nada, sin contradecir el principio de la metafísica, de que la nada produce nada? Los ateos sostienen que ellos están seguros de que Dios no existe, llegan a esta conclusión a partir de que el mal (que es palpable ) existe y Dios no hace nada al respecto. Pero si algo superior a todo lo bueno (Dios) no existe, tampoco la maldad objetiva existe como tal. El ateísmo afirma una contradicción lógica.
  6. Sabemos que Dios realmente existe por el simple hecho de poder razonar. ¿Confiaría usted en un puñado de teclas que aparecieron de la nada con apariencia de computadora sin ninguna marca, que está aprendiendo cómo procesar información? No entendemos porqué los ateos pueden llamar a eso ciencia y poner su confianza en ello mientras que los teístas son acusados de irracionalidad por confiar en que un ser extremadamente complejo, externo a la raza humana está detrás de la elaboración de algo tan inmensamente complejo como lo es el ADN humano. ¿Quién es el irracional ahora?
  7. Con todo lo anterior, la implicación es que podemos saber que Dios realmente existe por el simple hecho de que nosotros existimos. Si Dios fuera solo ficción o una fábula inventada para aliviar el dolor de los desesperados, entonces automáticamente nosotros tampoco somos reales, puesto que ningún hombre podría inventar algo tan complejo como el ADN en la que ni siquiera el mismo hombre ha terminado de entender a su cabalidad.
  8. El hecho de no entender completamente la existencia de Dios no lo descalifica  automáticamente como “un ser no existente”. Regreso al mismo punto, aunque nosotros no entendamos (este autor incluido) como funciona el cuerpo humano a su cabalidad y la complejidad del mismo,  eso no significa que seamos seres inexistentes.

Las palabras de Juan en 1 Jn.4:1 cuando dijo: “probad los espíritus…” están conectadas no solo con los que no creen en Jesús pero también a cristianos fieles que aman al Señor tiempos de Juan. Estimado lector, no es pecaminoso preguntar si ¿realmente existe Dios?,  después de años de creer en él. El pecado está cuando dudamos de esa manera y no hacemos nada al respecto. Cada vez que el cristiano está en dificultades tiene el derecho de preguntar ¿realmente existe Dios? Una vez que se da a la tarea de investigar, su fe se ratificó 3 veces más por la cantidad de evidencia sobreabundante de la existencia de Dios. Curiosamente él nunca se cansará de escucharnos hacer esa pregunta, pero gozará al ver corazones honestos, que buscan evidencia firme, evidencia contundente, que no solamente renovarán sus votos sino que le amaran todavía  más.

En uno de los debates el hermano Thomas B. Warren pregunta a su oponente Wallace Matson lo siguiente: Por favor provea un ejemplo de sufrimiento que no sea sin sentido.—Matson responde: —El dentista, algunas fracturas en el fútbol, algunas experiencias médicas, dar a luz a un niño etc. A lo que el hermano Warren responde: —Entonces de acuerdo con Matson, no existe el mal (Warren-Matson Debate: pág.356).

Tremendo punto. Ningún sufrimiento es maldad si tan solo aprendiéramos a observar cuál es el sentido detrás del sufrimiento. Los Ateos entonces dejarían de echarle la culpa a Dios, al Dios… que por cierto afirman ellos no existe (Sarcasmo).

Dios realmente existe, la historia lo confirma, la arqueología lo demuestra, el sacrificio de cientos de mártires lo enfatiza, y el cambio en la vida de cientos de personas lo ratifica. Dios se vuelve real y existente cada día más en la vida de aquellos corazones honestos que le permiten conocerle. El simple hecho de poder escoger conocerle o rechazarlo es muestra de que somos hechos a su imagen y semejanza como lo afirma Gen.1:26 y de su  respeto y amor eterno hacia nosotros.

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