EL PODER DE LA PLUMA


EL PODER DE LA PLUMA
 
“La pluma es más poderosa que la espada” es un tópico literario acuñado por el autor inglés Edward Bulwer-Lytton (The pen is mightier than the sword), como una metonimia para indicar que hace más daño un escrito bien concebido y dirigido contra un punto débil del adversario, que una estocada. Sin lugar a dudas la pluma tiene un poder impresionante en el impacto, en tiempo y espacio. Dentro de todas las grandes verdades expresadas en las sagradas escrituras todas y cada una de ellas fueron de gran provecho para las personas que vivían en ese tiempo en particular pero hubiesen sido sin uso alguno para nosotros si Dios no hubiera considerado escribirlas y preservarlas. Casi al final de este sagrado libro la Biblia puede notar usted lo siguiente: “Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca”. (Apo 1:3). Cada cosa escrita es de gran importancia para nosotros y Dios se estaba asegurado que a travez del tiempo su palabra perdurara.

La pluma tiene el poder de trascender barreras.

La pluma tiene el poder de trascender barreras.

Sin embargo parece que esa influencia  a travez de la pluma que fue tan importante para Dios en los tiempos antiguos, ya no es tan importante para muchos de nuestros hermanos hoy. parece que se ha degradado y sobreestimado  el trabajo de cada autor que se esfuerza en escribir para exaltar la verdad, la Iglesia en la actualidad en su mayoría piensa que este asunto de escribir es solamente un pasatiempo y no es visto como la necesidad que es. Tengo mucho respeto para cada uno de los hermanos que realizan trabajo de traducción (siendo yo mismo traductor), pero no puede ser ese trabajo considerado igual al de la autoría de algún escrito, simplemente la Iglesia del Señor de Latinoamérica en un 90 % NO está produciendo material bíblico sano en la doctrina, ¡La pluma está oxidada!. Existió un tiempo entre los años 60 al 2000 donde algunos hermanos trabajaron arduamente entre nosotros con pluma en mano tales como: Armando A. Alaniz, Efraín Valverde Abarca,  entre otros más que no solo se prestaron para traducir del inglés al español sino que fueron autores de importante material bíblico, que aunque ya ellos hayan partido su legado y trabajo continúan.
 
Escribir se considera una necesidad urgente en el proceso de educación  en la Iglesia, la pluma tiene el poder de sacar de la ignorancia a muchos hermanos que como este servidor se le dificulta comprender algunos pasajes o algunos conceptos. En nuestra era de modernidad e importante avance tecnológico el diablo ha surtido sus filas de batalla, utilizando una lluvia de misiles y bombas a través de una ventanilla llamada “internet”. Hay acceso a miles de cosa en el internet pero el punto es que cuando se duda sobre algún tema religioso o Bíblico, internet es la opción más fácil y más rápida de consultar y la lluvia de mentiras comienza a caer al existir allí tanto material denominacional, nosotros tenemos la misma ventanita y deberíamos de utilizarla también invadiendo el internet con material escrito, podemos hacerlo estoy seguro de eso, la pluma bien usada tiene el poder de deshacer los dardos del enemigo.
Pero también la pluma tiene el poder de trascender barreras. Nunca se sabe que tan largo puede ir un artículo bíblico o un sermón escrito, tal vez vaya a beneficiar a alguien en el Africa o Asia o tal vez al vecino de la par, creo si lo vemos desde un punto de vista objetivo la pluma puede ser más efectiva al completar el mandamiento de la gran comisión “id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Con la pluma estamos viajando a cientos de lugares donde quizás nunca podremos ir fisicamente, o donde quizás jamás podremos entrar ya sea porque nos nieguen la entrada a ese país o por los recursos económicos, de igual manera estamos llegando a ellos. ¿Será posible que en su omnisciencia el Señor estaba viendo hacia el futuro y viendo estos avances y tal vez los muchos otros que vendrán y por eso no especificó de que manera había que “ir”?.
La pluma tiene la habilidad de afinar y refinar al escritor, la responsabilidad en escribir es grande ya que se preserva por años y años, y sin duda alguna también los escritos llegarán a hermanos mucho más habilidosos que usted mismo, con una mejor lluvia de ideas, con un mejor entendimiento. ¡Que nervios! Saber que mi trabajo puede llegar a la persona de más humilde condición que apenas puede leer, pero con igual probabilidades que llegue a un erudito en la materia o tema que usted o yo estamos queriendo abordar… ¡Que susto! Y eso, exactamente eso  es lo que encierra al escritor en un reto. Pablo escribió a Timoteo: “Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.” (1Ti.4:13), una vez que la pluma tome prioridad en el trabajo de cada evangelista, no tenga la menor duda que la lectura deberá hacerse presente. La ampliación de lenguaje, gramática, etc serán factores importantes a la hora de escribir que también  nos ayudarán de gran manera en la comunicación con la sociedad y por supuesto podremos enviar el mensaje del evangelio de una manera más efectiva.
La pluma tiene el poder de despertar curiosidad en creyentes, escépticos, ateos, musulmanes, poder para insertar pensamientos, poder para instruir niños, ancianos, damas, poder para espantar dudas y por sobre todo un poder único de comunicar mucho más personalmente las ideas de una manera tal vez hasta más clara. Necesitamos recordar el poder de la pluma y que más hermanos que han sido y son magníficos predicadores del evangelio puedan compartir tan tremenda habilidad expresada de manera escrita. Necesitamos  curar las estocadas que el diablo ha dado con tanta habilidad y  con tanta ventaja. Necesitamos ayudar a otros a travez del medio escrito tal como Dios no ha ayudado a nosotros que hemos creído a su escrito y  a travez de ese libro tener plena certeza que somos salvos al cumplir con sus requerimientos y que la vida eterna es nuestra. “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.”(1Juan 5:13 LBLA).
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