DIFERENCIA CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU 


DIFERENCIA CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU

Es probable que el título de este artículo sea bastante llamativo.  Muchos seres humanos tenemos esa curiosidad por lo nuevo y lo desconocido mientras que otros sienten temor. La Biblia provee bastante información sobre el tema de la inmortalidad y la separación de los 3 elementos que componen al ser humano así como su destino final dependiendo de sus obras y obediencia a Dios. La palabra hebrea nefesh  es uno de los vocablos traducidos generalmente en castellano por alma aparece 754 veces en el Antiguo Testamento en la versión Reina Valera de 1960. Como puede verse en la primera cita bíblica al respecto, significa “lo que tiene vida” (Gn. 2:7), y se aplica tanto al hombre como a los demás seres vivientes (Gn. 1:20, 24, 30; 9:12, 15, 16; Ez. 17:9). Muchas veces se identifica con la sangre, como algo que es esencial para tener aliento y animación (Gn. 9:4; Lv. 17:10–14; Dt. 12:22–24), y en el hombre es su principal característica que lo distingue de los seres irracionales (Gn. 1:26). Hay que tener claro que muchas veces se intercambia el término para dar a entender que se habla del espíritu.

DIFERENCIA CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU 

DIFERENCIA CUERPO, ALMA Y ESPÍRITU

La primera función del alma es la de dar vida al cuerpo, y como la respiración es el signo principal de la vida física, de ahí que en hebreo, como en la mayoría de las lenguas, se designe con términos que se relacionan más o menos con la imagen del aliento a veces del viento.

Comúnmente se ha hablado teológicamente en dos términos: dicótoma y tricótoma. Efraín Valverde, reconocido comentarista (Costarrisence) en el mundo hispano de la iglesia de Cristo los designa como las dos “teorías” (Los conceptos teológicos más difundidos en la Iglesia de Cristo; pág.6 y 7). Con lo que realmente estamos en desacuerdo, ya que una teoría es algo que no puede ser probado del todo porque es eso; solo una teoría.

Estar en vida es todavía tener aliento (2 S. 1:9; Hch. 20:10); cuando el hombre muere sale el alma (Gn. 35:18), es exhalada (Jer. 15:9), y si resucita vuelve el alma a él (1 R. 17:21). Para el pensamiento hebreo el alma es inseparable del hombre total, es decir, que el alma expresa los hombres vivientes. Tal vez aquí radica el origen de la identificación del alma con la sangre (Sal. 72:14); el alma está en la sangre (Lv. 17:10s), y a veces se dice metafóricamente que la sangre es la vida misma (Lv. 17:14; Dt. 12:23).  En un sentido, alguien podría pensar que los animales poseen alma puesto que tienen sangre, y porque pueden experimentar emociones como tal. Aunque esta manera de concluir no es del todo falsa y me gusta personalmente pensarlo así tampoco hay un soporte sólido para ser una afirmación en un debate público.

Es interesante notar en pasajes como Génesis 2:7 en el hombre la relación del cuerpo, alma  y espíritu casi siempre en ese orden. “Entonces Jehová Dios formó (cuerpo) al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida(Espíritu), y fue el hombre un ser viviente. (alma)”. Existen pasajes contundentes para observar la separación de los tres componentes del hombre. No hay forma de contradecir pasajes tales como 1Tes.5:23 “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo”. O  Hebr. 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” (HLM énfasis añadido).

Está por demás esclarecer el hecho de que el espíritu es eterno y continúa viviendo por siempre (Ecles.12:7) ese espíritu regresa a Dios en el sentido de que regresa al dominio completo y absoluto de él por lo que automáticamente la doctrina de la reencarnación queda eliminada. Todos nosotros estaremos en algún lugar por siempre y siempre. El propósito de este breve enunciado era precisamente notar la distinción de los tres elementos que componen al hombre más allá de definir cada uno de ellos en detalle . El hermano Thomas B. Warren en su libro Titulado “Inmortalidad”, en la página 243 hace 3 observaciones que deseo compartir:

  1. A causa de que todos estaremos en la eternidad por siempre debemos aprender a amar sinceramente con todo el corazón , mente, y fuerzas (Mt.22:37-38).
  2. Aprender los detalles de las cosas que están envueltas (de acuerdo a la enseñanza bíblica) en vivir del día a día de la vida Cristiana, incluyendo no solamente el amor a la verdad, sino también el amor al prójimo (Mt.22:39) y también de los enemigos (Mt.5:44)
  3. Desarrollando y motivado profundamente  el deseo de hacer a otros lo que quieres que otros hagan contigo (Lc.6:31-38).

La pregunta debería ser contestada con toda honestidad: ¿Si yo hubiese muerto 10 minutos atrás, estaría en el lugar de confort o en el del sufrimiento?. Al final de la discusión teológica de estos tres conceptos la verdad irrefutable es que todos vamos a morir (Hebr.9:27) y nuestro Espíritu o alma (si así se quiere llamar) será juzgada en el Gran tribunal  de quién “juzgará a los vivos y a los muertos…”(2Tim.4:1).

Referencias

Abarca Valverde, Efraín. Los conceptos teológicos más difundidos en las Iglesias de Cristo.

(Wichita Falls, TX; World Spanish Literature Ministry) Pág.6 y 7.

Warren, Thomas Ph.D.  Inmortalidad Todos nosotros estaremos en algún lugar por 

siempre. (Moore OK; National Christian Press). Pág.243.

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