CUANDO NO ERES QUERIDO


CUANDO NO ERES QUERIDO

Últimamente se ha desarrollado un tipo de Cristianismo muy animoso donde se busca la Felicidad y cero conflictos. Un cristianismo que se basa en tendencias psicológicas para evitar el sufrimiento y los problemas. Necesito tener cuidado en lo que a continuación voy a escribir no dando la impresión de ser crítico ni teniendo espíritu de resentimiento sino más bien profundizando en las enseñanzas del maestro. Deseo no ser mal entendido sino que observemos el texto.

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CUANDO NO ERES QUERIDO

Cristo dijo: “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!…” (Lc.6:26) ¿Qué quiso decir realmente con esa frase? Por un momentos pienso que es verdad, no todo el mundo va a hablar bien de mí o de usted, pero el “Ay” es la palabra que no había comprendido lo suficiente, me preocupa y deseo que juntos la analicemos. Creo no ser el único pero por años pensaba que el camino angosto iba hacia un lado y el ancho hacia el otro pero en realidad comprendo que está uno dentro del otro y hay que abrirse camino entre las multitudes para andar en ese camino angosto que circula en dirección opuesta. El cristiano muchas veces está buscando la aprobación de otros, es más fácil y menos embarazo seguir a las multitudes, que ser distinto y completamente opuesto a lo que es “racional” o “natural”. De hecho la palabra justicia en el original básicamente significa: dividir, ser diferente, ser de otro molde. No sé cuántas veces Cristianos de todo el mundo han querido ajustarse al tipo de molde, costumbres y acciones del cristianismo moderno. Yo soy culpable de eso. Amado lector el camino angosto está justo en medio del camino amplio y estamos caminando en contra vía y chocando con las multitudes constantemente. En el momento en que actuemos diferente, pensemos diferente, sintamos diferente en ese momento ¡No serás Querido!. Por ser diferente José no fue querido y vendido por su propia familia, por ser diferente Jeremías fue arrestado y tirado en una cisterna, por ser diferente Daniel fue tirado al foso de los leones, por ser diferente Jesús fue crucificado. La persona que está en la cárcel al ver a otro libre hace ver su encarcelamiento peor, quien es pobre al ver alguien con dinero hace ver su pobreza pero, quien está enfermo al ver a otros sanos hace ver su enfermedad peor de lo que es, el mundo al ver a un cristiano del Nuevo Testamento se siente peor. Uno pensaría que el mundo aprecia a alguien que es amable, servicial, gentil, sacrificado ¡Oh no! Eso les expone a ellos. No hay necesidad de comentar estos versículos solamente leamos juntos Juan 15:18-20: “ Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.”

Cuando alguien está viviendo realmente por Cristo ellos verán a Cristo y por eso es que no seremos Gratos ¿Comprende? En algunos cristianos su ego se antepone a la causa de Cristo y llaman la atención y cuando eso pasa causan problemas y luego atribuyen eso como persecución. Si llamamos la atención para nosotros mismos eso es una cosa pero si persistimos en llamar la atención hacia Jesús eso es completamente distinto… “Ay de Vosotros…” (Lc.6:26).
El Señor nos muestra cómo responder cuando no somos deseados y más bien somos perseguidos: Mateo 5:10 El maestro dijo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.” ¿Reino?. Ningún rey se pone en un dime que te diré con alguna persona disconforme en sus dominios. Debe de tener tan gran autoestima, vestido con sus ropas reales y montado en su corcel que no escucha ni los elogios ni las burlas de nadie. Cuando el Señor dijo que había que dar la otra mejilla en realidad no estaba hablando literalmente sino más bien de tener una correcta autoestima, saber quién es usted delante de Dios al punto de permitir que le continúen golpeando y que eso no le moleste en lo absoluto. El reino me pertenece, todas las riquezas de mi Padre también son mías “de ellos es el reino de los cielos” no que el reino se componga de ellos, sino que el reino de los cielos es propiedad de ellos. El problema con muchos de nosotros es que podemos tener tantos amigos y hermanos que se interesan en nosotros, que nos aman, que están dispuestos a ayudarnos luego aquí viene una sola persona o dos y en nuestra baja autoestima que aquello tan sencillo que nos hacen pone en “llamas” completamente nuestro mundo.
En esta lista de Mateo 5 de como debemos de responder a la persecución y al sentimiento de no ser querido el Señor lo que dice en esencia en primera instancia es “observa quien eres, y vales tanto que el reino de los cielos te pertenece a ti”.
La segunda respuesta a la persecución y al hecho de no ser querido o gustado que el Señor menciona es “Gozaos y alegraos”. ¿Fácil de decirlo verdad? ¿Como es posible gozarse y alegrarse cuando soy despreciado, perseguido y maltratado sin ser un hipócrita y cuándo más bien siento todo lo contrario al gozo? Bien, ¿alguna vez ha pensado que la persecución y el no ser bien visto por otros a causa de ser cristiano y ser diferente es en realidad un piropo? Realmente lo es, los apóstoles se sentían orgullosos de padecer por causa de ser diferentes, y entre más los herían mayor piropo y gozo sentían. (Hechos 5:41). Gozo es distinto a la felicidad del mundo. El gozo es esa satisfacción de hacer lo correcto, lo inusual (nadie se dejaría “apaliar” por cierto Galileo que hasta lo colgaron en la cruz, en medio de dos ladrones y que antes comía con prostitutas y estafadores) en medio de heridas y lágrimas. Muy pocas veces algunos me han dicho que soy guapo, eso se siente bien aunque no sea verdad, cada vez que sufrimos y lloramos a causa del cristianismo, el desprecio y las injurias deberíamos de sentir un piropo de los más bellos que nos puedan dar.
El tercer aspecto de cómo respondemos cuando no eres querido siendo cristiano se encuentra en forma de ejemplo en Mateo 5:43. Cristo habló del amor hacia los enemigos. Ahora bien, hay una gran diferencia entre: amar a alguien a que me agrade y me guste alguien. Amar a mis enemigos no significa que esté aprobando lo que ellos hacen, más bien significa tratarles de la forma que Dios me trata a mí. Jesús en la Cruz decía “Padre perdónalos, porque no saben lo hacen” (Lc.23:34), no estaba de acuerdo con lo que estaban haciendo pero lo que él (Jesús) estaba haciendo era porque los amaba. Esteban oró “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”, desaprobación, pero amor (Hechos 7:60).
Realmente cuando la persecución viene y cuando no eres querido nuestra oración debería de ser: “Padre, incrementa mis fuerzas, permíteme amarles más”. Obviamente esto no es del agrado del mundo, hacerlo tampoco es nada fácil.
Cualquiera puede pelear, cualquiera puede argumentar, cualquiera puede enojarse y resentirse, pero toma un verdadero Cristiano amar, orar y hacer el bien. Hay tres maneras en las que nosotros podemos vivir: En el nivel animal, en el humano y en el nivel divino. El animal es cuando Satanás devuelve mal por bien. A mí me hacen bien pero yo devuelvo el mal. En nivel humano es cuando devuelves bien por bien, mal por mal, pero el tercer nivel es cuando los cristianos devuelven bien habiendo recibido el mal. Eso es lo que el maestro está explicando en Mateo 5. ¿Porqué hacemos esto? No es por las personas alrededor nuestro sino para ser hijos de Dios, es decir para parecernos a él. Versículo 45 dice que El (Dios) hace salir su sol sobre buenos y malos. Dios da lo bueno aún a todos aquellos que son malos con él. Me fascina la pregunta en el 47 ¿Qué haces demás? Los Cristianos en Macedonia daban aún “más allá de sus fuerzas”, habrá algo que pueda hacer más que el resto de las personas harían, o algo más que el resto de los CRISTIANOS harían. Es entonces cuando ahí encontramos el espacio para nuestro propio crecimiento espiritual.
El cuarto y último aspecto es la recompensa. Si hago todo lo anterior que ¿recompensa obtengo?.Debo admitir en un tono personal que he pecado al esperar cariño de mis más cercanos, comprensión y hasta algún regalo físico como muestra de solidaridad. También debo admitir que en mí interpretación de Mateo 5 la recompensa (pensaba yo )es el cielo, pero mientras llega el Juicio final ¿qué recompensa obtengo aquí?. La respuesta a esta pregunta tan emocional se encuentra en el v.12 y es la compañía. Nosotros no tenemos compañía con mucha gente que sea famosa, pero aquí está implícita “la otra galería de la fe”. Jeremías fue un tremendo profeta, Elías, Moisés, Josué, David, ni que hablar de Pedro, o de Pablo. Cuando seamos maltratados, heridos y hasta injuriados con las calumnias más feas, nos encontramos en comunión y en compañía de las mejores personas que han caminado sobre la faz de esta tierra, que tremenda recompensa. Pablo dijo que “somos partícipes de su sufrimiento” (Fil.3:10) Por eso ahora puedo llorar delante de cualquier hermano o persona sin sentir esa vergüenza o sin esperar que alguien seque mis lagrimas.
Pero El Señor dice algo mas… él habló de la dicha en cuanto a la recompensa en el cielo. La Biblia dice 2Tim 2:12 “ Si sufrimos con él, también reinaremos con él”. Algunos cristianos no quieren sufrir… Está bien, eso es muy de humanos, pero lo que es de cristianos es sufrir y sufrir para un día disfrutar como nadie de la Gloria. Pablo dijo que esperaba con ansias esa corona (2Tim 4:8) Si usted es más espiritual que Pablo, sabe; ¡deseo conocerle en persona!. Uno NO puede recibir recompensa dos veces. Cristo dijo con respecto a los fariseos que amaban la aclamación del público “ya tienen su recompensa” no es que los estaba sentenciando al infierno es que no recibirán premio en la Gloria pues ya tenían gloria aquí en la tierra. Es imposible recibir dos recompensas, por ignorancia alguien dijo una vez: “deseo que seas feliz aquí en esta tierra” mientras que mi maestro dijo lo contrario: “en el mundo tendréis aflicción…” (Juan 16:33). Me encantaría doblar mi cabeza y escuchar a Jesús para entenderle y preguntarle qué quiso decir con esa frase, me encantaría poder verle a los ojos y pedirle que repita lo que dijo.
Al pensar en la corona y en el cielo el diablo nos dice que no vale la pena, que lo que otros nos hacen, las palabras que nos hieren es mejor renunciar, no vale la pena, pero uno de estos días aparecerá en el cielo el Rey y todos quienes han llorado en silencio por causa del nombre serán levantados. No habrá un desfile en el cielo para recibir la corona, ni una pasarela en donde nuestro nombre será pronunciado y todos los ángeles del cielo nos aplaudirán… creo al igual que muchos otros cristianos que cuando reciba mi corona deseo quitármela, ponerla a los pies del maestro y decirle ¡Oh no, usted mi Señor es el que merece esta corona, por su amor tan Grande e incomparable y su paciencia al rescatarme!

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